El pasado viernes, una tormenta frente a la costa de Charleston, en Carolina del Sur, azotó a un crucero durante varias horas por la noche. La precipitación comenzó cuando la embarcación aún no atracaba y aterrorizó a los pasajeros, quienes explicaron que hubo vidrios rotos, movimientos violentos, caída de objetos y entrada de agua a las habitaciones y a los pasillos. Debido al percance, varias personas necesitaron asistencia médica. Además, la llegada del barco se retrasó, así como la salida de su próximo viaje.

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Algunas cabinas de la tripulación del Carnival Sunshine, que se trasladaba de las Bahamas a Carolina del Sur, quedaron temporalmente fuera de servicio por los estragos que le provocó la tormenta del viernes. A pesar de estas inclemencias, un portavoz del crucero aseguró a CBS que “los invitados a bordo del barco estaban a salvo”, aunque algunos recibieron “asistencia menor” por el personal médico.

William B. Blackburn, un pasajero que emprendía su primer viaje en crucero, dijo a CNN que él estaba en la cubierta seis del barco cuando comenzó la tormenta. “Nos quedamos en nuestro camarote y rezamos por estar bien”, recordó. Asimismo, explicó que temió por su vida y que era consciente de que las consecuencias serían fatales en caso de que la precipitación empeorara. “Discutimos el hecho de que sería muy improbable sobrevivir en el agua, incluso con chalecos salvavidas. Dudábamos de que los botes pudieran ser lanzados en esas condiciones. Fue aterrador”, recordó.

La preocupación del pasajero comenzó a las 23 hs del viernes, cuando grabó un video de la tormenta. Detalló que después de eso las condiciones empeoraron, tanto que ya no pudo volver a grabar por miedo a abrir la puerta de su habitación. Agregó que la tempestad se sintió como si la embarcación hubiera colisionado: “Fue como si el barco chocara contra un muro. Todas nuestras cosas salieron volando de los mostradores, el equipaje se cayó y deslizó”.

Blackburn explicó que el viento “aullaba” y que por las ventanas del barco solo se podía ver “un sólido muro de agua y lluvia mezclada”. Recordó que “la puerta del balcón de un camarote se rompió y que se golpeaba de manera espantosa, el techo y las paredes crujían, el barco hacía ruidos horribles y a veces vibraba violentamente, como si los motores lucharan contra las olas embravecidas”.

Por su parte, Sharon Tutrone, otra pasajera del Carnival Sunshine, contó su experiencia a través de redes sociales. Según explicó, el barco se balanceaba y hubo un momento en que este recibió el golpe de una ola que sonó como si la nave se hubiera “partido en dos”. La mujer criticó las acciones del capitán, ya que, aseguró, solo se acercó a ellos en la tarde para decirles que “tenía una tripulación experimentada” y que harían todo lo posible para minimizar los efectos negativos que pudiera provocar la tormenta.

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Tutrone detalló que pasaron 11 horas sin recibir una explicación por parte de los miembros del crucero. En un segundo tuit, dijo a los organizadores que sería ideal tener a personal más capacitado para enfrentar ese tipo de situaciones.