Un empleado de una corporación que maneja restos humanos donados para la investigación científica, en Chicago, afirmó que encontró tres cabezas humanas en su escritorio un día después de que revelara las condiciones “deplorables” de su entorno laboral. El trabajador explicó que durante los cinco años de su permanencia allí ha sido testigo del mal manejo de los cadáveres.

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Dale Wheatley es coordinador de transporte de la Anatomical Gift Association of Il (AGA por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro encargada de entregar las donaciones de cuerpos humanos a las escuelas de medicina para que sean sometidos a investigaciones científicas. Wheatley detalló que, desde su entrada a ese lugar, notó que los cadáveres no recibían el trato adecuado, pero todo empeoró en los últimos meses.

El gerente del laboratorio de anatomía de una universidad local se quejó con Wheatley por las condiciones en las que los cuerpos eran enviados a su escuela, a lo que el hombre le explicó que eso se debía a que no habían sido embalsamados adecuadamente y animó al académico a enviarle un correo electrónico al vicepresidente ejecutivo de AGA, William O’Connor, para hacerle saber sus inquietudes.

En el documento, el docente detalló las anomalías que había detectado, como moscas sobre los cuerpos y extremidades con moho, según informó Fox 32. Asimismo, el laboratorista aseguró que sus estudiantes se habían enfermado por haber estado expuestos a los cuerpos en descomposición.

El 24 de mayo de este año, un día después de que se enviaran las quejas, Wheatley encontró en su escritorio tres cabezas humanas. “Mi jefe pasó y le pregunté por los restos que estaban en mi lugar. Dijo que necesitaban regresar con sus cuerpos para que se enviaran a cremación. Le dije: ‘Entiendo, ¿pero por qué están en mi escritorio?‘. Él contestó ‘No sé, Dale, han sucedido muchas cosas extrañas’”, recordó para el medio citado. Ante la nula explicación, decidió hacer una denuncia policial.

Wheatley reveló las condiciones en las que se encuentran los cadáveres en el AGA durante una conferencia de prensa, el martes, donde estuvo acompañado de su abogado, David Fish. “Hubo casos en los que saqué donantes de nuestro almacén, de los estantes y las ratas masticaron el fondo de la bolsa, a través de los pies”, explicó a la multitud. Agregó que varias universidades se daban cuenta de lo que pasaba y llegaron a devolver los cadáveres, sin estudiarlos, debido a su estado.

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El hombre señaló que también hay irregularidades en los procedimientos que se les realizan a los cuerpos. “El método de embalsamamiento requiere que los cadáveres se pesen y ni siquiera tenemos una balanza en AGA. Los cuerpos están siendo observados, el peso no es exacto y eso deriva en fallas en el proceso”, señaló.

Wheatley decidió hablar del tema públicamente para que las familias de los donantes se enteraran de las condiciones que hay en la organización. Para concluir, destacó que él siempre ha tratado a los cadáveres con respeto y que está consciente del propósito que tienen los cuerpos en AGA: “Entiendo que esas personas hicieron una donación a la ciencia para ayudarnos aún más”.