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Definiciones electorales, interrogantes y el riesgo del marketing político

La definición de las alianzas electorales que competirán en las PASO de agosto próximo permite empezar a vislumbrar cómo se tomarán las decisiones de política agropecuaria para el próximo a...

La definición de las alianzas electorales que competirán en las PASO de agosto próximo permite empezar a vislumbrar cómo se tomarán las decisiones de política agropecuaria para el próximo año. Más allá de la escasez de representantes directamente comprometidos con el agro que hay en las listas electorales, esta primera conformación abre un nuevo desafío para despejar interrogantes.

Aunque para algunos observadores políticos no haya sido una sorpresa, la designación en el oficialismo como principal cabeza de fórmula del ministro de Economía, Sergio Massa, cuando muchos daban por hecho que el elegido fuera Wado de Pedro, lleva a la pregunta de “¿y en el campo cómo lo recibieron?”.

El precio de la soja trepó hasta un 6,1% en Chicago por un recorte inesperado del área sembrada en EE.UU.

“Más allá de los nombres, lo que hay que ver es que se tomen las decisiones que hay que tomar”, dice Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), ante la consulta de LA NACION.

En la centenaria entidad ya comenzaron a tomar el pulso de los precandidatos a Presidente cuando en abril pasado realizaron una jornada con los principales referentes políticos frente a los delegados ruralistas.

Tras la precisión del cierre de listas de la semana pasada y apenas tres semanas antes de las paso, en la SRA realizarán el 24 de este mes, en plena Exposición Rural de Palermo, una nueva jornada para escuchar de primera mano y en forma directa las definiciones sobre política agropecuaria que tendrán los candidatos. Así, Palermo, como caja de resonancia, será otra vez el foco del interés del futuro político y económico del país. Las principales figuras de la oposición ya dieron su visto bueno a la jornada. En el ruralismo esperan también escuchar a Massa.

En ese contexto de ansiedad por las definiciones de los precandidatos, también crecen los rumores y las especulaciones sobre medidas que adoptaría el Gobierno. En los últimos días, fueron desde una nueva versión de dólar soja hasta una suba impuestos a las importaciones, que incluirían a los insumos, y una baja temporal por 180 días de los derechos de exportación. En la incertidumbre de la economía, toda ficción es posible de transformarse en realidad.

“No es bueno que en esa situación no haya precisiones”, dijo Pino, en referencia a que la producción agropecuaria viene golpeada por la sequía, la presión impositiva, las distorsiones cambiarias y la inflación. Aun así, el presidente de la SRA dijo que festejaba que el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, mencionara la posibilidad de discutir el esquema de retenciones. De alguna manera, les daba la razón a los dirigentes rurales que vienen planteando desde hace mucho tiempo la necesidad de terminar con un impuesto distorsivo como el de los derechos de exportación.

En rigor, no es la primera vez que Bahillo habla sobre una posible baja de las retenciones. Lo había hecho en octubre del año pasado en Córdoba, durante el primer Congreso Internacional de Maíz, con palabras similares. Sin embargo, Agricultura no es la última instancia en definir las alícuotas sobre retenciones. No obstante, podría tener mucho para decir si hubiera coherencia en el programa de gobierno.

Y es en ese punto que comienza a ser observada con mayor detenimiento la figura de Massa en relación con el campo. Más allá que lo haya definido como sector estratégico por su capacidad de producir proteínas que el mundo demanda, las medidas tomadas y las anunciadas que no se concretaron apuntaron todas al corto plazo. La más resonante, como la instauración de un tipo de cambio diferencial primero para la soja y luego para otros granos y productos de las economías regionales, solo trajo distorsiones en la cadena. Por supuesto, hubo quienes aprovecharon esa ventana favorable de comercialización, pero se mantienen otras distorsiones como los volúmenes de equilibrio para la exportación de trigo y maíz y la prohibición para exportar siete cortes vacunos. También siguen los fideicomisos al aceite para consumo y la harina, que provocan serios interrogantes sobre la discrecionalidad de los funcionarios.

Hubo otras medidas que se anunciaron y nunca se concretaron como los incentivos a la siembra de trigo de esta campaña y la revocación de la resolución del Banco Central que encarece la tasa de interés a quienes tengan en stock más del 5% de soja. Las próximas semanas serán pródigas en escenificaciones. No obstante, una cosa es el marketing de campaña electoral y otra la realidad cotidiana para producir.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/definiciones-electorales-interrogantes-y-el-riesgo-del-marketing-politico-nid01072023/

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