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Deco emocional. La cálida casa de estilo campo que cuenta la historia familiar de una decoradora

Pareciera que el tiempo no hubiera pasado para esta construcción de 23 años que se percibe fresca, como recién estrenada. ¿Cuál es la clave? “Aquí nada es impostado. La casa es perfectament...

Pareciera que el tiempo no hubiera pasado para esta construcción de 23 años que se percibe fresca, como recién estrenada. ¿Cuál es la clave? “Aquí nada es impostado. La casa es perfectamente imperfecta, como nosotros, y se adaptó a nuestros cambios”, dice la diseñadora de interiores María Pura Ricci (Pupa, para todo el mundo), que le confió el proyecto a la arquitecta Silvia Zubeldía y luego realizó reformas junto a la arquitecta Alicia Poirier, amiga y aliada en algunos trabajos.

En esta casa, pensada desde sus inicios para acompañar el crecimiento de la familia compuesta por su marido y tres hijos que ya se independizaron, el estilo armónico es fruto de una educación sentimental indeleble: su infancia en el campo. Allí fue que Pupa experimentó el movimiento constante de los hogares numerosos, aprendió a interpretar el lenguaje de la naturaleza y a valorar los objetos nobles que la rodeaban y que se mantuvieron de generación en generación como parte del acervo familiar.

Blanco, madera y luz natural

Los saberes de Pupa se plasman en su oficio y en esta casa donde reina la luz y da la sensación de que no hay límite entre interior y exterior, gracias a la continuidad de tonos y texturas. La última reforma extendió los límites del estar al avanzar sobre la galería y sumó un paño fijo más amplio.

“Traje estas aberturas de una demolición antes de construir la casa. Sabía que, donde estuvieran, iban a quedar perfectas”.

Me gusta revitalizar los ambientes, unir lo que evoca el pasado con lo que es contemporáneo y abrirle los brazos a lo nuevo para que siga fluyendo la vida.

Pupa Ricci, dueña de casa, decoradora y cofundadora de Puro Barro

En conexión con la galería

En el comedor diario, aparador de pino tea. Antigua mesa de plancha que estaba en la casa de la infancia y sillas de ratán. Allí y en la cocina, piezas de cerámica artesanal de Puro Barro, la marca que creó junto con Agustina Schweizer.

En el comedor diario y la cocina, ventanales amplios para ver quién llega y qué pasa afuera, recuerdo de la vida en el medio de la naturaleza.

“Amamos las galerías. Rodean la casa con unos seis metros de profundidad, una superficie holgada para aprovecharlas al máximo todo el año como si realmente fueran un ambiente más”.

Para recibir a los hijos

Giro eficaz en este toilette, que tiene un estilo diferente al del resto de los espacios: ambientación escenográfica, luces tenues y papel estampado en las paredes. Empapelado (Raldúa). Aplique (Gurru&Chaga). Mueble de caña y rafia (Mimbrero de Pilar). Espejo hecho con un contramarco.

“Tengo la mentalidad de campo: a los 18, ‘taza taza, cada uno para su casa’”, dice Pupa sobre sus hijos, que ya no viven con ella. Pero los cuartos siguen intactos porque todos vienen muy seguido a disfrutar del aire libre.

Planta alta: solo para la suite

La planta alta está exclusivamente destinada al dormitorio en suite de la pareja. La cómoda antigua sirve como mesa de luz con espacio para guardar y apoyar de todo.

El baño se pensó como un espacio funcional y clásico, sin fecha de vencimiento. El espejo de maderas recuperadas tiene el mismo ancho del mueble, amplía el ambiente y permite que dos lo usen al mismo tiempo.

Inspiración rural

“Elegimos el ladrillo y a partir de allí surgieron la chapa, hierro y madera”.

“Hicimos varias reformas y logramos que se mantuviera una unidad, sin la sensación de que hubo agregados. Disfruto ese proceso porque, aun entre ladrillos y escombros, puedo ver el proyecto terminado”.

“Nos reunimos seguido alrededor del fuego. Es lindo ver la casa desde otra perspectiva”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/deco-emocional-el-personal-hogar-con-aire-de-campo-que-cuenta-su-historia-familiar-de-una-decoradora-nid25072021/

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