Desde esta mañana el barrio de Villa Diamante, en el oeste de Lanús, guardaba un respetuoso silencio solo interrumpido por el sonido de los móviles de televisión, apostados en la esquina de la casa donde vivía Morena Domínguez, la niña de 11 años que ayer, cerca de las 7 y media de la mañana, murió tras ser golpeada por dos motochorros que la interceptaron para robarle sus pertenencias cuando se dirigía a la Escuela Primaria N°60 “Almafuerte”. Morena cayó al piso, se golpeó la cabeza y falleció en el Hospital Evita de esa localidad bonaerense.

El barrio es una zona de casas bajas emplazado entre Villa Jardín y Eva Perón. Algunas viviendas presentan plantas altas en construcción o terrazas desde donde asoma algún perro. Hay calles asfaltadas y calles de tierra. La casa donde vivía Morena, sobre la calle Itapirú al 4300, es asfaltada. El frente, de paredes blancas, rejas negras y un primer piso a medio terminar, se encontraba cubierto por coronas de flores y una bandera que decía “Justicia por Morena”.

El domicilio donde la niña vivía con su padre, Hugo, y sus hermanos, hoy funcionó como casa velatoria. Desde primeras las horas de la mañana la familia Domínguez recibió la visita de amigos, allegados, maestras del colegio y compañeros de trabajo de Hugo que se presentaron para despedir a Morena. Pasado el mediodía, el cortejo fúnebre partió hacia el Cementerio Municipal de Lanús donde el cuerpo de la niña de 11 años fue enterrado.

Fabio García, abuelo de Morena, mostró más temprano, en medio del velatorio, su pesar por el violento episodio del que fue víctima su nieta: “No es justo que maten a una niña por un celular que no servía y 100 pesos”, dijo. Luego pidió que los acusados “se pudran en la cárcel”.

Entre los presentes se encontraba el cuerpo docente de la institución donde asistía la niña. Las escenas mostraban la tristeza por lo ocurrido. Muchas de las personas reclamaban, a través de los medios, justicia para Morena y que la clase política se haga cargo por la inseguridad que hoy atraviesa el conurbano bonaerense especialmente. “No se merecía que le arrebataran la vida así”, dijo Griselda, una vecina de la niña, con la voz entrecortada por la emoción.

Antonia, la abuela paterna de Morena sostuvo hoy, desde la puerta del velatorio, que “no sabía que iba sola al colegio” y manifestó la preocupación del padre de la menor porque le pasara algo en la calle.

Norma Chaga, de 53 años, vive a pocos metros de la casa de los Domínguez y estaba conmocionada porque una de sus nietas, Ludmila, de 11 años, solía jugar con Morena. “Mi nieta jugaba siempre estaba con ella y mi hijo era muy compañero del padre. Se juntaban a cenar. Esto nos duele muchísimo a todo el barrio”, dice a LA NACIÓN sin poder contener las lágrimas.

“Mi nieto de 14 años la reconoció en la tele y no lo podíamos creer. La nena era un ángel, muy querida en el barrio, no peleaba con nadie” agregó.

De acuerdo a la vecina, Hugo se hacía cargo de Morena y de dos hijos más. Para eso, trabajaba como remisero o cartoneaba. “Hacía lo que fuera necesario por ellos”, dijo. Según Chaga, es necesario hacer una limpieza en el barrio. “Hay transas vendiendo paco a toda hora acá. Pasan con la bicicleta y arruinan a familias enteras. La policía sabe porque la gente llama, pero no hacen nada”, dijo.

El testimonio de Chaga se complementa con el de Gabriel Ángel, otro vecino cuyos hijos asisten a la misma escuela a la que iba Morena. “No se puede vivir así. No podes salir a comprar, tenés que estar con cuatro ojos todo el tiempo porque escuchás una moto y ya pensás que te van a robar. Vas a la parada del colectivo y te apuñalan por un celular”, dijo.

De acuerdo a Ángel, lo qué pasó ayer con Morena no es una situación nueva, sino que viene desde hace rato. “Hay pibes de nueve o diez años ya andan con un fierro. Yo no sé de quién es la culpa, si de la política, la policía o de quién, pero yo creo que la base viene de casa siempre”, dijo.

El crimen de Morena quedó registrado por una cámara de seguridad de la cuadra en donde ocurrió el hecho. Las imágenes muestran la parte final del robo y cómo la víctima fue arrastrada unos metros por la moto de los delincuentes. Cuando la menor cayó al asfalto, el delincuente que viajaba como acompañante se bajó de la moto para robar las pertenencias de la víctima y luego volvió a subir al rodado para escapar. Una vecina intentó asistir a la chica, un auto amagó a cerrarles el paso a los motochorros y un hombre intentó correrlos, pero los asaltantes escaparon a toda velocidad.

Ayer por la tarde, decenas de vecinos del barrio donde ocurrió el hecho se manifestaron frente a la comisaría 5.ª de Lanús, ubicada en la calle Warnes al 3000, exigiendo justicia por la menor fallecida. Algunas de las personas presentes protagonizaron ciertos incidentes violentos y arrojaron piedras contra el frente de la delegación. Los reclamos de justicia se multiplicaron frente a la escuela donde asistía la niña así como también frente al palacio municipal local.

Al cierre de la jornada de ayer, calificadas fuentes judiciales confirmaron a LA NACION que dos delincuentes mayores de edad habían sido identificados y detenidos como autores del delito. El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, expresó su pesar por el asesinato de la menor y aseguró que el caso “ya está cerrado”.