Cartas, dados, cuestionarios de cultura general y desafíos de estrategia. Para las mentes lúdicas, jugar un juego de mesa puede ser altamente gratificante. Pero más allá de jugarlo, como todo fanático, hay quienes le suben el volumen a su amor por los juegos y llevan esta pasión unos cuantos pasos más allá. Tal es el caso de los creadores de esta mansión temática en Florida, Estados Unidos, donde cada habitación está ambientada como un icónico juego de mesa.

Ideal para una reunión familiar, un reencuentro entre amigos o vacaciones en grupo, la casa tiene 15 habitaciones con capacidad para hospedar a 54 personas por un valor de US$1595 por noche. El propietario, Andrew Greenstein, admitió en diálogo con el medio The Post que ha tenido inquilinos que viajaron hasta Florida con el único propósito de quedarse en la casa, y la demanda es tal que tiene hasta lista de espera. Por ejemplo, la casa ha llegado a recibir grupos de la iglesia, casamientos y viajes de personas mayores.

Evidentemente, la mayoría de los huéspedes quedan encantados, ya que el dueño de la casa admite que hay un grupo que ya pasó por la propiedad nueve veces y tiene reservada una décima estadía.

El dueño administra otras cuatro propiedades igual de espectaculares con su inmobiliaria Orlando Area Luxury Rentals. Estos inmuebles tienen todo tipo de elementos extraordinarios para una casa, como toboganes acuáticos gigantes, paredes de escalada en roca bajo techo, campos de minigolf, sistemas de karaoke, laberintos láser de alta tecnología y juegos de sala de escape, ríos perezosos para flotar, cines, teatros al aire libre, salas de videojuegos, juegos de mesa gigantes al aire libre, bolos humanos, entre otras cosas, según aclara en su página web.

Para los fanáticos de las palabras, el dormitorio ideal es el de Scrabble, en alusión al juego que consiste en formar palabras según letras que tocan al azar. Los azulejos del piso y techo imitan los cuadrados del tablero, y hasta las sábanas están plagadas de letras como si fuesen las fichas del juego.

Quienes tienen una gran afinidad por las finanzas o les apasiona el mundo inmobiliario podrían quedarse a dormir en la habitación de Monopoly, donde las camas imitan las piezas del juego como el auto o la carretilla.

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Si las preguntas y respuestas son lo tuyo, la habitación ideal es la del juego Quién quiere ser millonario, del programa televisivo con el mismo nombre. Las paredes están pintadas con la audiencia que participa del programa y el presentador, quien hace las preguntas.

Otro juego presente en la casa es el Clue, en el que el propietario de una mansión es asesinado y los jugadores deben averiguar quién fue el asesino. En honor a su clásica tapa verde, el dormitorio está pintado de este color, ambientado como si fuese una habitación de esa elegante propiedad donde se lleva a cabo la acción y la cama tiene nombres de los personajes y habitaciones que figuran en el juego.

El videojuego de arcade japonés Pac-Man también tiene su merecido lugar en la casa. El juego de los 80 pinta con sus caminos, su protagonista amarillo y los fantasmas que atentan contra su existencia en las paredes de la habitación y del baño en suite que la completa. El diseño fue pintado a mano por artistas profesionales de parques temáticos y la habitación tiene una máquina recreativa libre con todos los clásicos de la década.

Al igual que ésta, la del Twister no es apta para gente que se marea fácil. Pintada de arriba a abajo con los clásicos círculos de colores, paredes y ropa de cama imitan la alfombra del juego que pone a prueba la flexibilidad y el equilibrio, con la ruleta que da las indicaciones pintada en el techo.

Uno de los juegos de mesa más tradicionales en aparecer es el Life, conocido como el Juego de la vida. Originalmente creado en 1860 por Milton Bradley como The Checkered Game of Life, el piso de la habitación con una cama cucheta imita los vehículos en los que se transportan los jugadores a medida que avanzan y crecen en la vida, con el objetivo de juntar fichas Life y todo el dinero que puedan.

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La mansión también tiene un dormitorio con dos camas triples de Operación, el juego que pone a prueba el pulso de sus jugadores e imita una cirugía. Este ambiente está decorado con las pinzas para jugar, un teléfono de emergencia y un estetoscopio.

Hasta los espacios comunes están ambientados como un gran juego. Por ejemplo, en la sala de estar un tablero gigante de ajedrez invita a los huéspedes a desafiar su intelecto mientras que se mueven de un casillero al otro. La propiedad incluye una sala de cine ambientada como Jumanji con recuerdos de películas de los 90´ (incluida una foto autografiada de Robin Williams) y un laberinto láser, y consolas de videojuegos antiguas y nuevas como un Atari 2600 original, una consola Colecovision, una Xbox y una Playstation.

Pero si hay algo que los inquilinos buscan y pocos encuentran es la oportunidad de ganar una fortuna. El dueño de la casa escondió un juego de raspadita temático de Monopoly que puede ocultar un valor de hasta US$2 millones. Greenstein cuenta que suele esconderlos en lugares “razonables”, y que hasta ahora la encontraron el 50% de los invitados y el premio más grande obtenido hasta el momento fue de US$20.

En el exterior, la pileta diseñada como si fuera una mesa de billar tiene un taco de agua y un jacuzzi de tiza para siete personas. Para quienes quieren relajarse y flotar con la corriente, tiene un río lento y los que buscan más adrenalina pueden tirarse por el tobogán de agua de dos pisos que termina su trayecto con una caída libre de un metro. En el jardín también hay un espacio para jugar a la batalla naval, el cuatro en línea y un jenga de más de un metro de altura.

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