Un diseño sin fisuras basado en la nobleza de materiales inalterables es la esencia de este baño amplio, luminoso y señorial que evoca a los de antes con destellos de modernidad.

La puerta de madera al natural y los pisos en damero le dan a este baño su identidad sobria y clásica, que se consolida con objetos antiguos y elementos de inspiración vintage, como la bañadera y los sanitarios.

Las dimensiones del ambiente permitieron una buena separación entre la bañadera y el box de la ducha, funcional para el uso compartido.

Cuando lo vistitamos en su casa, Facundo Amándola, fundador del estudio de diseño Ascolta, nos habló de su amor inquebrantable por el diseño italiano y de lo que le gusta poner sus diseños a prueba en pocos metros, por el desafío que supone editarlos. Entre tantas soluciones, nos encantó la que le dio a su baño, que conserva piezas de época.

Con los grises que lo caracterizan y tonos atizados que hacen sutil la transición entre ambientes, el arquitecto Negro Williams preparó el fondo para lucir una colección de objetos clásicos y modernos, arte y diseños propios en su piso de estilo francés. Y, por supuesto, el baño de la suite no fue la excepción.

La serigrafía original de Rogelio Polesello aviva los tonos tiza del toilette. ¿Quién dijo que el baño no era lugar para una obra de arte?

Suele pasar que nos encontremos con un baño reformado a medias, o uno en con intervenciones poco muy felices. Algo así le pasó al estudio Mazzinghi-Sánchez cuando encaró la reforma de un antiguo departamento en Monserrat. Llegados al baño, aplicaron soluciones que lo volvieron atrás en el tiempo, en lo estético, y lo actualizaron en su funcionalidad.

Las únicas intervenciones que se hicieron en el baño fueron para revertir reformas anteriores que no se adecuaban a la estética de los 40. También se eliminó una segunda puerta que daba al dormitorio principal.