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Ciro y los Persas en el Teatro Colón: el rock se viste de gala para una velada repleta de hits en clave sinfónica

Por primera vez en su extensa trayectoria, Andrés Ciro Martínez se presenta en el Teatro Colón de Buenos Aires. La cita es este lunes, como acto central de la celebración por los 25 años de la...

Por primera vez en su extensa trayectoria, Andrés Ciro Martínez se presenta en el Teatro Colón de Buenos Aires. La cita es este lunes, como acto central de la celebración por los 25 años de la revista Rolling Stone en Argentina, y en el formato sinfónico que el cantante y compositor inauguró en 2020 en la Fiesta de la Cosecha, que se celebra anualmente en la provincia de Mendoza.

Sueños-Un viaje en el tiempo es el álbum, lanzado el año pasado, que registra su aventura orquestal, que tiene esta noche una escala en el máximo coliseo porteño, con tickets completamente agotados. Ya desde la entrada, en el foyer del teatro los fans podían disfrutar de un vestuario similar al que el cantante utilizó en la producción de tapa de Rolling Stone de noviembre, un atuendo típico del siglo XVIII con puños con volados, encajes, botones extravagantes y medias de seda. Y aquellos que seguían en concierto por la cuenta de twitch de Amazon Music, presenciaron una entrevista realizada por Lalo Mir, en la que el cantante repasaba el derrotero que lo trajo hasta aquí.

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El comienzo del show con “Pacífico” fue emotivo e imponente, un hito para el cantante y para sus seguidores, muchos de los tiempos de Los Piojos, la banda en la que Ciro construyó una letrística personal, suburbana y universal, en una conjunción del paisaje barrial y una combinación de rock stone y ritmos rioplatenses.

A falta de pogo, el movimiento casi coreográfico de los arcos de violines y cellos generan un efecto hipnótico, una energía rockera desde el campo de la música sinfónica. En “Barón Rojo”, segundo tema del set, son los brasses los que ganan protagonismo, con un arreglo con swing, y cierta intención jazzística. Frente a un público en el que se mezclan remeras rockeras y trajes de gala, el cantante inició así una noche inolvidable.

“A mis hijos” es la escueta pero sentida dedicatoria de “Vas a bailar”, un tema con un claro mensaje motivacional, como una carta a un joven poeta o las máximas para el artista cachorro: “Aunque no encuentres la voz / Aunque te paguen con platos de arroz / Aunque te asustes y puedas caer / La dignidad no se pierde, sabes / No estás aquí para pasar / Sin que te vean, ¡qué carajo! / Si ser lo mismo es virtud / Vos sabés bien que también es quietud / Si anda rondando la felicidad / No tengas tanto temor de cambiar”.

Ciro y los persas en el Colon

Antes de cantar “Agua”, un clásico de Los Piojos, Ciro recuerda los tiempos en que cantaba en El Galpón de Haedo. “Allá se escuchaba bien, pero me parece que acá se escucha un poco mejor”. Es un modo oportuno de celebrar su llegada a un escenario consagratorio, más en términos de prestigio que en convocatoria para un artista acostumbrado a arrastrar multitudes en estadios de fútbol. El bandoneón de Nicolás Heinrich aportó la cuota de melancolía tanguera, coherente con un artista que decidió versionar “Yira Yira”, el clásico de Enrique Santos Discépolo, desde los comienzos de su carrera. Una instantánea de una noche inolvidable, en uno de los epicentros de la cultura porteña.

Después de un breve intervalo, Ciro cambio de vestuario y apareció lookeado como un caballero de fines del siglo XIX, montando una bicicleta vintage de estilo inglés de 1948, por el medio de la platea. Con un micrófono inalámbrico y un sombrero bombín (“a lo Rucucu”, dijo, citando al mítico personaje creado por Alberto Olmedo), él hizo un paso de comedia relatando un viaje en el tiempo, hasta 1888, año en que se puso la piedra fundamental del teatro, que recién se inauguraría en 1905. El relato incluyó un derrotero por la historia argentina del siglo XX, desde la fascinación de Marcelo T. De Alvear por la cantante lírica Regina Pacini, que cantó en la inauguración del teatro y que se transformaría en su esposa. Ciro mencionó y agradeció la presencia de la nieta y la bisnieta de Ariel Ramírez, compositor de “Alfonsina y el mar” y de la “Misa Criolla”. Y anunció un set acústico que empezó con una versión ralentada de “El farolito”, un tema bisagra en la carrera de Los Piojos, punta de lanza de Tercer Arco, su canónico disco de 1996. Coreado por todo el teatro, es un tema ideal para que Andrés despliegue el scat jazzístico que mamó de chico en los discos que solía escuchar su papá.

Antes de “Ruleta”, Andrés recuerda que la primera referencia del Colón la sintió en la cancha de Boca, viendo un partido con su padre. “Y Mirá ahora adonde estoy, ¡para vos papá!”, dice mirando a un cielo en forma de cúpula de Raúl Soldi. Y arranca “Ruleta”, y en medio de la platea sube un pibe rubiecito, adolescente, que toma el micrófono con confianza y la rompe. Ese pibe no es otro que Alejandro Ciro Martínez, el hijo del cantante, y la emoción se expande del escenario a todo el teatro.

Para “Tan solo”, el cantante cambia el bombín por una boina al estilo Peaky Blinders y desfila por el medio de la platea, mientras el teatro explota como en los tiempos de Arpegios, el mítico reducto de San Telmo en el que Ciro y Los Piojos sentaron la base de una carrera monumental.

Después de otro breve intervalo, vuelve a salir la Orquesta y con una de las oberturas más logradas de la velada empieza un nuevo set de canciones. “Un hombre más” llega con un nuevo outfit, rockero y elegante para Andrés Ciro, a tono con el mood del tema.

“Yo quería que la orquesta tuviera el protagonismo, que no sea una cortina tenue de fondo, pero también que la banda tenga su presencia. Por eso el foco está puesto en los arreglos”, había explicado Ciro en una entrevista con Rolling Stone.

Acompañado en este caso por la Orquesta Académica del teatro Colón, dirigida por Pablo Bocchimuzzi, y por Los Persas, su banda en formato rockero, Ciro repasará a lo largo de la noche sus clásicos, mojones de todo su repertorio, desde gemas piojosas como la balada “Ando ganas (llora llora)”, una oda a la melancolía, o la festiva “Verano del 92″, grabada originalmente junto a La Chilinga, el grupo de percusión dirigido por el baterista del grupo, Daniel Buira, con un nuevo y elegante ropaje.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/musica/ciro-y-los-persas-en-el-teatro-colon-el-rock-se-viste-de-gala-para-una-velada-repleta-de-hits-en-nid04122023/

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