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Cinco obras emblemas de Clorindo Testa en la ciudad, a cien años de su nacimiento

Clorindo Testa nació el 10 de diciembre de 1923, por lo que este año...

Clorindo Testa nació el 10 de diciembre de 1923, por lo que este año se cumplirán cien años del nacimiento del icónico arquitecto ítalo-argentino. Reconocido a nivel internacional por las paradigmáticas obras que construyó en nuestro país, el artista, que murió hace diez años, fue uno de los principales promotores de la corriente arquitectónica brutalista.

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El genio de la arquitectura tuvo la oportunidad de conocer este movimiento de cerca debido a que cuando se recibió, en 1948, obtuvo una beca para estudiar en Europa. Allí, adoptó a Le Corbusier como referente, que fue el creador del brutalismo y que influenció el estilo que caracterizó gran parte de las construcciones de Clorindo Testa, como el uso del hormigón despojado de forma expresiva, la utilización de formas geométricas angulares, la elección de una paleta de colores monocromática y la introducción de materiales como acero, madera y vidrio.

Una de las obras que lo proyectó al mundo fue la emblemática Biblioteca Nacional. El edificio resulta un auténtico exponente de la corriente brutalista en toda su expresión. De ahí que el 27 de noviembre de 2019 fuera declarado monumento histórico nacional. La construcción logró tal reconocimiento internacional que hasta Google intervino su página de inicio este 2023 con un Doodle que recuerda la fecha y que homenajea al reconocido profesional, que también se destacó en el arte plástico con numerosas exposiciones de sus trabajos.

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Clorindo Testa nació Benevento, Italia, y a los tres meses de vida, su familia decidió instalarse en Buenos Aires. El futuro arquitecto se crió y estudió en nuestro país y cuando tuvo que elegir una carrera universitaria, en principio, se anotó en ingeniería electromecánica. Sin embargo, su camino tomó un rumbo inesperado cuando, tiempo después, se cambió a la nueva escuela de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, de la que fue parte de su primera promoción en 1948.

Debido a su destacado desempeño en la carrera, el reciente graduado recibió una beca para continuar sus estudios en Europa, donde permaneció hasta 1952. Cuando regresó al país, se presentó en un concurso nacional para la construcción del edificio de la Cámara Argentina de la Construcción y lo ganó. Fue el inicio de una gran trayectoria que dejó marcas significativas en la Ciudad de Buenos Aires. Aquí, repasamos cinco de las más reconocidas.

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1. Biblioteca Nacional

Se trata de la obra monumental que identifica a Clorindo Testa. Durante las excavaciones que se realizaron para levantar el edificio, se encontraron restos fósiles de un animal prehistórico que se convirtieron en la inspiración del arquitecto para diseñar la construcción a la que denominó El Gliptodonte, en referencia al hallazgo.

El profesional se puso al frente de la obra en 1962, luego de alcanzar el primer premio en el concurso de su construcción. La biblioteca fue pensada en dos planos: uno subterráneo, donde se guardan gran parte de los libros, y uno elevado a partir de cuatro columnas, que sirve de sector público con espacios administrativos, un salón de exposiciones, salas de lectura y la terraza. Cuestiones económicas y políticas demoraron su construcción que finalizó treinta años después, cuando fue inaugurada en 1992.

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2. Hospital Naval

A diferencia de la Biblioteca Nacional, el Hospital Naval sólo llevó cuatro años en construirse. Clorindo Testa ganó el concurso nacional en 1970 para desarrollar este sofisticado edificio que se destaca por su forma de navío, con ventanas similares a ojos de buey y los tanques de agua dispuestos de tal manera que parezcan la torre de control de un buque.

Ubicado frente a Parque Centenario, los treinta mil metros cuadrados que ocupa el hospital fueron diseñados para facilitar la atención de la salud pública, aunque el arquitecto no se privó de darle un simpático toque estético.

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3. Ex Banco de Londres y América del Sur

Junto con la Biblioteca Nacional, este edificio pelea por el primer puesto para ser reconocido como el más emblemático de Clorindo Testa. El concurso publicado en 1959 solicitaba una renovación de la imagen de la institución bancaria y el proyecto propuesto por el arquitecto resultó el más adecuado a lo pretendido.

Ubicada en una esquina céntrica porteña, Reconquista y Bartolomé Mitre, la obra llama la atención debido a una enorme fachada de hormigón que presenta espacios vacíos con formas escultóricas que cubren un edificio vidriado. La construcción se concluyó en 1966 y sorprendió también por la inclusión de una plaza semicubierta y pública que otorga un refugio en medio de una zona de calles estrechas. La novedosa y provocadora renovación le supuso a Clorindo Testa su aparición como referente de la arquitectura en todo el mundo.

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4. Centro Cultural Recoleta

La reforma de lo que se convertiría en el Centro Cultural Recoleta en 1980 implicó un gran desafío para Clorindo Testa. El edificio histórico había funcionado como convento, cárcel y asilo y estaba distribuido en claustros de estilo colonial alrededor de cinco patios sucesivos. En la terraza se encontró con una capilla neogótica y una serie de pabellones construidos entre 1800 y 1900. Con la premisa de rescatar el valor arquitectónico y ecléctico del espacio, el profesional restauró el sector del convento de los recoletos y modificó con libertad ciertos pabellones.

La intención fue trazar un recorrido lineal y unificar a los patios con una identidad temática para crear un paseo. Se demolieron las construcciones añadidas en la terraza para despejar el paisaje hacia las plazas que circundan el lugar. Los claustros se modificaron para trazar un recorrido sin interrupciones. Mientras que se respetó el exterior y se añadieron elementos modernos como escaleras de hormigón y vidrio, los patios y edificios de menor valor fueron remodelados, como la capilla neogótica, que se convirtió en un auditorio.

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5. Casa Di Tella

Esta destacada construcción de Clorindo Testa ya no forma parte del paisaje urbano de la ciudad debido a que fue demolida en 2011. Se trató de la vivienda que Guido Di Tella, el impulsor del Instituto Di Tella, le encargó en 1968. Ubicada en el barrio de Belgrano, la casa se construyó detrás de un paredón de hormigón austero y sin ornamentos.

En el interior, el diseño era una metáfora de las tradicionales casas chorizo con dos patios centrales y uno al fondo. Además, contaba con un estudio privado con acceso independiente. Enterado de su próxima desaparición, que sucedió dos años antes de su muerte, Clorindo Testa aseguró en una entrevista que no estaba en contra de la destrucción de su obra: “No se pueden conservar todos los edificios. No me desespero ni me importa cuando le pasa a una obra mía, porque no soy el dueño. Es una evolución lógica”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/cinco-obras-emblemas-de-clorindo-testa-en-la-ciudad-a-cien-anos-de-su-nacimiento-nid27112023/

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