RESISTENCIA.- Las pruebas se acumulan contra los piqueteros Emerenciano Sena, Marcela Acuña y el hijo de ambos, César Sena, presos desde hace dos semanas por la desaparición y casi seguro asesinato de Cecilia Strzyzowski. En cuestión de horas los fiscales prevén dictar la prisión preventiva para los tres y para cuatro colaboradores.

El pacto de silencio se rompió cuando Gustavo Obregón, uno de los empleados detenidos, confesó que había acompañado a César Sena el viernes 2 de junio a deshacerse del cuerpo de Cecilia, a quien todo indica que habían matado horas antes en la casa de la familia. De su declaración se dispararon rastrillajes que derivaron en el hallazgo de una bolsa con huesos triturados en el río Tragadero, cerca de la chanchería del clan Sena, en las afueras de Resistencia.

En las últimas horas llegó la confirmación de que los huesos son humanos. Falta ahora el estudio de ADN de todas las muestras biológicas acumuladas, que demorarán algo más. Es de una gran complejidad técnica obtener información sobre material óseo quemado, advierten fuentes del caso. Se esperan también los resultados de los cruces de llamadas y los mensajes enviados por los acusados durante las horas previas y posteriores al crimen.

La sangre en la cama

Horas antes de que la familia de Cecilia Strzyzowski denunciará en la comisaria Quinta de esta ciudad que la joven de 28 años estaba desaparecida, un camión estacionó en Santa María de Oro 1460, la casa de Emerenciano Sena y Marcela Acuña.

Ese día, los Sena donaron una cama, una parrilla, dos mesitas de luz y un sillón rojo, a dos viviendas en el barrio Emerenciano, según dijo a LA NACION el fiscal que está a cargo de la causa, Jorge Cáceres.

Esos fueron los muebles hallados en unos de los allanamientos que realizaron en el barrio Emerenciano luego de la declaración de Obregón. “Se halló sangre sobre el colchón y sobre la parrilla de la cama. Ya se sabe que es sangre humana”, afirmó Cáceres a LA NACION y agregó: “Queda por cotejar si es femenina”.

Los fiscales todavía intentan determinar dónde, cómo, quién y cuando mataron a Cecilia y qué hicieron con el cuerpo. La teoría más probable que barajaban era que a la joven de 29 años la habría ahorcado César, presionando con el brazo sobre su cuello. Los intentos de defensa de Cecilia serían la explicación de las marcas muy compatibles con arañazos que César tenía en el cuello durante un acto de campaña en el Barrio Obrero de Colonia Elisa que se realizó al día siguiente, el sábado 3 de junio. El hallazgo de la cama con sangre abre la puerta a otras hipótesis.

Los huesos calcinados

Los investigadores tienen casi la certezas de que el cuerpo de Cecilia habría sido quemado, luego triturado a golpes para descartarlo en el río Tragadero. Fue Obregón quien aportó que la habían “machacado con objetos contundentes” y los investigadores estiman que fue cuando se fueron de la casa familiar, cerca de las 19 del viernes 2. Sin embargo, de acuerdo a las pruebas recolectadas, todavía no pueden afirmar que el cuerpo de Cecilia fue desmembrado ni donde ocurrió. Es por eso por lo que serán claves todos los “elementos filo cortantes” como sierras, serruchos y machetes que fueron secuestrados en los distintos allanamientos y rastrillajes.

La antropóloga que analizó hoy las muestras óseas encontradas que se encuentran “multifragmentadas y calcinadas”, tampoco pudo determinarlo. “Pudieron haberse roto por la misma temperatura”, precisó Cáceres.

La valija y el dije en forma de cruz

“El dije de la cruz... Lo llevaba puesto aquel día”, dijo su tía abuela sobre el dije que fue hallado cerca de los huesos en la zona del río que señaló Obregón. Gloria Romero, su madre; Ángela Strzyzowski, su hermana, y Mercedes Flores, su tía abuela, reconocieron el viernes pasado algunos objetos recolectados por los fiscales en los diferentes rastrillajes y se convirtieron en los primeros rastros certeros de la joven que desapareció el 2 de junio. Entre las pertenencias de Cecilia había una valija con ruedas negras -la que se había llevado de su casa pensando que viajarían a Ushuaia- que apreció calcinada en uno de los rastrillajes que se hicieron en el barrio Emerenciano, bijouterie y el dije en forma de cruz.

La ropa

En una vivienda aledaña al lugar donde se halló la cama con restos de sangre, los Sena retiraron bolsas con ropa y dejaron una nueva tanda que nunca pudieron retirar porque quedaron presos. Los investigadores analizarán ahora si allí hay prendas de Cecilia.

Al principio de la investigación la policía había allanado la casa de Obregón y se había incautado la ropa que el colaborador de los Sena llevaba puesta el día de la desaparición. Los peritajes sobre ese material son relevantes para corroborar el relato del primero de los acusados en quebrarse y admitir su participación en el plan criminal.

El misterio del pavimento

Una de las intrigas que permanece es la extraña pavimentación de media cuadra en el barrio Emerenciano. La calle, según un testigo reservado, se asfaltó en un horario fuera de lo común –de madrugada- luego de la desaparición de Cecilia. Para analizar los dos tramos de 40 metros que interrumpen una calle de tierra, el equipo de Georradar de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería viajó a esta provincia para rastrillarla el viernes pasado.

El dueño de la empresa que hizo ese pavimento en el barrio Emerenciano se presentó a declarar en la fiscalía. Confirmó que asfaltaron dos tramos de 40 metros entre el 2 y el 4 de junio, efectivamente luego de la desaparición de Cecilia, pero señaló que se realizó en horarios de la tarde. Consignó, además, que fue contratado por Vialidad provincial, según dijeron fuentes judiciales.