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Cartas de lectores: Que nos lleguen esos vientos, despertador, Juntos (o divididos)

Carta de la semanaQue nos lleguen esos vientosEl jueves pasado tuve una doble satisfacción al ver cómo tres expresidentes de Uruguay, sumados al actual, dejan de lado amistosamente las disputas y...

Carta de la semanaQue nos lleguen esos vientos

El jueves pasado tuve una doble satisfacción al ver cómo tres expresidentes de Uruguay, sumados al actual, dejan de lado amistosamente las disputas y se reúnen con motivo de los 50 años del último golpe militar en ese país, en otra muestra de unidad democrática. ¿Por qué doble ? En 1956, debido a la poliomielitis, tuve que quedarme tres meses en Uruguay. Conocí entonces a Luis Alberto Lacalle Herrera, presidente entre 1990 y 1995 y padre del actual. Nos hicimos muy amigos y todos los años lo visito en su casa para que me cuente sus ricas experiencias de primer mandatario. Viendo cómo estos políticos patriotas han conducido y están conduciendo al pequeño Uruguay a ser un ejemplo de democracia y convivencia social, me lleno de una sana envidia que siempre le manifiesto a mi amigo Cuqui, como lo conocemos los amigos. El deporte náutico, la vela, nos unió en aquellos años de adolescentes, por lo que en broma le pido que sople hacia el oeste con vientos de esa cultura cívica tan necesaria en estos momentos inciertos para el futuro de nuestro país.

Ricardo Olaviaga

rolaviaga157@gmail.com

Despertador

Era un día soleado de invierno. Los ciudadanos y ciudadanas formaban fila en miles de escuelas, a partir de las 8, con sus documentos de identidad en la mano, e iban pasando al “cuarto oscuro”. Elegían con libertad las boletas de los candidatos de su preferencia, las colocaban en el sobre y ponían el sobre en la urna, para que, de esa manera, resultaran elegidos los más votados. Antes de eso, los partidos habían trabajado responsablemente en el diseño de las distintas políticas de Estado, en materia de educación, salud, economía, defensa, justicia, relaciones exteriores, energía, seguridad, deportes, etc., y habían convocado a las personas más destacadas y estudiosas de cada tema, para que elaboraran las plataformas electorales, a fin de que los ciudadanos las pudieran evaluar convenientemente. La idea de todas las fuerzas políticas consistía en que no se trataba solo de decir lo que iban a hacer, sino en explicar cómo habrían de hacerlo, a fin de evitar que las promesas de la campaña no quedaran incumplidas. Los ciudadanos, en los meses o semanas previas a la elección, habían leído, comprendido y comparado las distintas propuestas, para llegar a pronunciarse por tal partido o tal candidato. Y así se votó en aquel domingo, y resultaron elegidos los mejores: un grupo de personas honestas y desinteresadas, muy capacitadas en cada área de gobierno, que habrían de buscar solo el bien común, el bien de la gente, el bien de la patria, por el lapso que durara su mandato, para volver, luego, a su actividad, con la satisfacción del deber cumplido. Hubo festejos esa noche, y los que habían perdido felicitaron a los que habían ganado, y todos se pusieron de acuerdo en trabajar, unidos, para sacar adelante nuestra Argentina.

Todo bien, todo lindo... hasta que sonó el despertador.

Gabriel M. Mazzinghi

gabriel@mazzinghi.com.ar

Juntos (o divididos)

En estas últimas semanas hemos presenciado escenas de pugilato verbal entre los candidatos Bullrich y Rodríguez Larreta, que el oficialismo disfruta comiendo pochoclo. Tenía bien decidido mi voto por este espacio político hasta que encontré dos personas que en la pelea pretenden parecer genuinos y convincentes, pero son agresivos y hostiles con su oponente, y con su propio electorado. No soy político ni entiendo cuál es el juego político que “Patricia y Horacio” están haciendo. Soy un ciudadano que está harto de la pelea, harto de los egos y harto de que políticos con kilometraje, como ellos, sigan la misma lógica que tanto dicen aborrecer. Si dentro del espacio que comparten se tratan así, qué queda para quien piensa distinto. No sé qué película están viendo Bullrich y Rodríguez Larreta, pero les aseguro que no es la nuestra. ¿Qué les hace pensar que confrontando como dos barrabravas van a conseguir más votos? Sepan además que si pretenden ganar la elección de octubre tendrán que trabajar juntos desde agosto en adelante. Hay cosas de las que no se vuelve, salvo que quieran parecerse a los que tanto critican. Y cada vez se parecen más. ¡Por favor, reaccionen! Con estos enfrentamientos constantes y tan violentos dividen y restan; alejan mucho más de lo que suman.

Eduardo Quinterno

DNI 22.824.430

Arturo Illia

Solo pocas líneas para recordar un golpe tan grande a la Argentina. El 28 de junio de 1966 se derroca por la fuerza a un gran presidente de la democracia y la república: Arturo Illia. Que no solamente tuvo como virtudes esenciales y no contingentes la honestidad, sino que fue un vanguardista en actos, por su visión de futuro en aquella década del 60. Unas pinceladas nomás: un presupuesto para educación que alcanzó el 23%. Una política de salud y medicamentos visionaria, una intención de integrar Oriente y Occidente, cuando aún no hemos podido resolver ese binarismo; la ley como única herramienta que garantiza la libertad, galardonado con el Premio Mahatma Gandhi de la Paz. Creció el producto bruto interno, la deuda externa disminuyó. Parlamento funcionando, independencia de poderes, atmósfera de salud moral y social. Con esa conciencia plena del uso responsable de la libertad individual, no sin la profunda convicción de la necesidad vital de la libertad del otro. No es casual que quienes lo derrocaron atacaran principalmente las universidades, ámbitos de pensamiento libre y universal justamente. Ni es un dato menor que algunos que se conjuraron para derribar al gobierno hicieran luego contrición publica de su falta. Que Perlinger le escribiera arrepintiéndose de ese golpe y recuperara así parte de su dignidad como hombre.

Ojalá hoy todos los argentinos de cualquier partido político o sector de pertenencia o ciudadanos libres en su accionar podamos construir la Argentina donde todos deseemos vivir, en la que nos unan los valores. Los deseos de una sociedad más justa, que cobije nuestros proyectos y nuestros afectos.

Mi padre, que tenía una presencia fenomenal ante la vida, fue embajador en Ecuador representándolo con dignidad y yo preadolescente recuerdo ese regreso imprevisto –en época de telegramas y no de internet– con la tristeza de su mirada. Es lo que dejan los hechos injustos e inesperados que acaecen en momentos en que la vida sorprende ingratamente.

Ayer y hoy, valores de paz, autonomía de pensamiento y de movimiento, ausencia de paternalismos, ciudadanos capaces de decidir nuestras vidas con la potencia de vivir que nos da la alegría, como nos enseñara Spinoza.

Raquel Juana Viglierchio

Integrante de la Fundación Casa Natal de Arturo Illia en la Ciudad de Pergamino

rviglierchio@hotmail.com

Un retiro estratégico

Se puede caer en un error de apreciación política: suponer que Cristina Kirchner fue superada por el aparato peronista tradicional en la elección de la fórmula presidencial. Más bien, en un escenario de derrota casi segura, se preocupó por ubicar a sus delfines (Axel, Wado y Máximo) donde puedan ganar y asegurar foros. Soldado que se retira, dirá, está listo para la próxima batalla, sobre todo si se mantiene la provincia de Buenos Aires, buena presencia en las cámaras y la calle ocupada por punteros defensores de los privilegios que este gobierno les entregó. Por otro lado, el ministro Massa también previó sus eventualidades: de ahí que su esposa aparezca como candidata en Tigre. Ante una derrota, conservaría su bastión para agazaparse y volver a atacar en busca del deseo que lo desvela: ser presidente a toda costa, bajo cualquier bandera. Lo respaldan sus empresarios amigos, algo así como clientelismo de lujo. Son todos miembros de una elite extractora que ordeñó al país.

Por favor, ciudadanos, el voto es nuestra única arma. Elijamos con conciencia. El que robó, el que traicionó y mintió descaradamente lo hará de nuevo, el que apoyó a los violentos es porque no es democrático. Mandemos a los delincuentes, manipuladores, violentos, inoperantes a la esfera de lo privado que tanto odian, porque ese sector desnuda sus incapacidades. Y apliquémosles todo el peso de la ley para que el “nunca más” se aplique también a los que empobrecieron a tantos quitándoles su dignidad mientras ellos se enriquecían.

Nora Beatriz Lemmi

P27904@correo.uia.mx

¿Y los baños en Palermo?

Soy corredora; entreno temprano en la mañana cuatro veces por semana en los bosques de Palermo, zona del Golf, como tantos otros corredores. El mismo fenómeno se repite al final de la tarde y noche. Al lado del ingreso al campo de golf existen dos baños/contenedores para ambos sexos que no tienen agua corriente para inodoros. Hay baldes. Existen otros dos baños, que no funcionan desde hace años, frente al recién inaugurado monumento a nuestro gran Fangio. Pero no es todo: abren de 9 a 5 (con suerte), o sea en horario de oficina, cuando ya todos nos fuimos. Me dirijo al jefe de gobierno y a la directora de Espacios Verdes: con los miles de empleados con que cuenta el gobierno de la ciudad, ¿no pueden armar dos o tres equipos para cubrir los horarios que corresponden al flujo del público?, ¿no saben que Palermo es un baño a cielo abierto?

Sé, por supuesto, que la situación del país es dramática y que existen infinidad de problemas más importantes, pero me pregunto: si no pueden organizarse para que un baño funcione, ¿cómo pueden prometer un futuro promisorio?

Estela Bruno

DNI 11.368.026

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