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Canelo Álvarez recuperó su lugar... pero no llenó las expectativas ni el estadio

El mexicano Saúl “Canelo” Álvarez (75.930 kg.) siempre debió litigar con algunas de las aristas que componen la concepción del boxeo: “arte + ciencia + espectáculo + defensa + ataque”,...

El mexicano Saúl “Canelo” Álvarez (75.930 kg.) siempre debió litigar con algunas de las aristas que componen la concepción del boxeo: “arte + ciencia + espectáculo + defensa + ataque”, más allá de los resultados de su exitosa carrera de 60 victorias (39 KO), 2 reveses y 2 empates, con cuatro campeonatos mundiales obtenidos en distintas divisiones (desde 69.850 kg. hasta 79.378 kg.) en dieciocho años de profesionalismo.

Su incuestionable y amplísima victoria por puntos (118–109 para LA NACION) en doce rounds sobre el estadounidense Jermell Charlo (75.930 kg.), quien ascendió al cuadrilátero como unificado titular ecuménico Mediano jr –dos categorías inferiores a este peso– no sólo le permitió conservar su corona de los supermedianos (CMB – AMB – FIB – OMB) sino también reconquistar una imagen de atleta “demoledor” que parecía extinguida en sus últimos combates populares ante el ruso Dmitry Bivol, frente al kasajo Gennady Golovkin y el inglés John Ryder.

Es decir, un estilo de pelea que prioriza quebrantar al rival con golpes en sus brazos y sobre todos en sus codos para poder confundirlo y mandarlo a la lona de una vez por todas. Algo que pasó en el séptimo round cuando Charlo fue al tapiz y aguardó –voluntariamente- la cuenta del árbitro Harvey Dock. Si bien no logró el K.O en los 36 minutos del match recobró una actitud de ataque coordinado –y sobre todo veloz- ajena a la expuesta en la última temporada. Y eso es destacable. Positivo.

El sistema de ablandamiento

Esta manera de combatir minando los brazos y la guardia del rival con impactos poderosos en una zona no puntuable que tan buenos dividendos le dio en su gran victoria sobre el inglés Callum Smith, en 2020, tuvo la siguiente definición del púgil tapatío: “Nadie es capaz de vencerme… nadie es capaz de batir a Canelo. Entrené duro en las montañas de Lake Tahoe y conseguí una gran resistencia para tirar con todo; primero al cuerpo, quemar al rival ahí y luego buscar el golpe justo de K.O. Se dio en el séptimo round, Charlo cayó, pero no pude rematarlo. No estoy decepcionado por ello. Lo engañé con los golpes en los brazos hasta que llegué a su cabeza. Ahí está la clave. Sorprender cuando él (Charlo) creía que ya no le iba a pegar. Hay doce rounds para demostrar quien es el más fuerte y yo lo fui”.

Canelo, de 33 años, hizo una buena pelea. No más que eso. Aseguró que volverá a competir el 3 de mayo de 2024. Ignoró totalmente responder a los cronistas sobre si boxeará o no con el norteamericano David Benavidez, campeón interino (CMB), ante la ansiosa espera de todos los seguidores de este deporte. Ese es el desafío que importa. Quizás el único que interesa. Llamó también la atención su indiferencia ante el cinturón especial preparado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y confeccionado por artesanos de Puebla: quedó demorado en manos de su presidente, Mauricio Sulaimán, con quien mantiene una relación fría.

¿Por qué no llenó el estadio?

El T-Mobile de Las Vegas no pudo superar la barrera de los 20.000 boletos vendidos en esta ocasión. “Canelo” no fue tenido en cuenta para competir el pasado sábado 14 de septiembre. Una dilación en la firma de contratos lo perjudicó y un evento de UFC lo desplazó. En ese fin de semana se festejó la independencia de México y como siempre, miles de turistas aztecas llegaron a la ciudad más popular de Nevada. Y sus compatriotas volvieron “a casa” y no lo esperaron esta vez. “Canelo vs. Charlo” no logró el margen de recaudación que tuvieron los cotejos: “Terrence Crawford vs Errol Spence” y “Gervonta Davis vs Ryan García”, en el semestre anterior. Y para los administradores de esta industria fue un gran llamado de atención.

Charlo lució bien físicamente, pero tuvo poco resto para sumar puntos y acciones de peligro. No pudo sostener sus reacciones en el quinto y noveno round. No disfrutó la pelea; simplemente la sufrió y el excesivo ascenso de kilaje lo convirtió en un púgil con puños de algodón. Se esperaba mucho más de él. Careció de autoestima para lograr la hazaña. No tuvo “máquina” para ello.

En un tiempo resultadista, “Canelo” tuvo una respuesta física muy buena sin el acople de escenas épicas o dramáticas que este oficio requiere cuando se lo juzga como un espectáculo. Ganó por diez rounds de diferencia y parece insuficiente. Esa es la presión que adquiere cada uno de sus combates. Si no alcanzan la perfección no satisfacen. Es la exigencia de los elegidos, de los que forcejean por ser N°1. Un sitial que tuvo hasta hace muy poco y que hoy tambalea con la popularidad y contundencia del inglés Tyson Fury, campeón mundial pesado quién le birló horas de promoción al confirmar su match con el ucraniano Olexsandr Usyc, titular AMB – FIB - OMB, en Riad, Arabia Saudita, para principios de 2024.

“Canelo” sigue a su ritmo. Sigue ganando millones y todavía tiene “hambre” pugilístico. Eso lo mantiene vivo en un ámbito donde el esfuerzo, el sacrificio y la soledad familiar le cuestan cada día más. Y se nota arriba del ring.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/boxeo/canelo-alvarez-recupero-su-lugar-pero-no-lleno-las-expectativas-ni-el-estadio-nid01102023/

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