Recurrió al acto reflejo de enviar una dedicatoria al cielo para Mía, su beba de 22 meses fallecida en julio de 2020 por tumores en el cerebro y en la columna vertebral. El putt final de Camilo Villegas vino acompañado por esa mirada hacia arriba, un gesto de alivio y agradecimiento después del drama familiar que atravesó. Y también, luego de una larga espera de nueve años, dos meses y 27 días sin triunfar en el PGA Tour. El Butterfield Bermuda Championship, que terminó el domingo en el club Port Royal de Southampton, en Bermudas, significó el quinto título en el máximo circuito para el colombiano, que se rehízo como golfista después de haber extraviado la fe en sí mismo. A los 41 parecía perdido, sin un rumbo deportivo. Pero renació y regresó a la elite.

“Digámoslo: por momentos dejé de creer en mí; perdí la esperanza de volver a esos momentos especiales de ganar torneos. Aunque este año decidí trabajar mi swing con José Luis Campra. Me dijo que necesitaríamos un año para ver resultados y gracias a Dios fue un poco menos de eso. También empecé con Eugenio, un chileno que me ayudó mucho en la parte mental. Se armó un buen equipo que rápidamente cambió las cosas y ahora somos campeones”, comentó el oriundo de Medellín, que en condición de veinteañero había gozado de unas primeras temporadas fulgurantes en el profesionalismo: llegó a trepar al 7° puesto del ranking mundial en 2008. Pero no solo se transformó entonces en la gran ilusión de nuestra región –junto con Ángel Cabrera-, sino que también se convirtió en el gran responsable de acercar el golf al público de Colombia, hasta allí con el corazón puesto en futbolistas, ciclistas y patinadores, sobre todo.

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“Nunca dejé de despertarme temprano todos los días para dar lo mejor de mí y seguir trabajando. “¿A quién se lo dedico? Es muy sencillo: lo primero que me viene a la mente es a mi hija Mía. La verdad es que no sabía si iba a volver, si iba a llegar, pero aquí estamos. Y así como hoy tengo el trofeo, desde este jueves arrancamos de nuevo desde cero”, prometió el antioqueño, que rompió la sequía desde el Wyndham Championship de 2014 y se impuso por dos golpes al sueco Alex Noren, con un total de 260 (-24). Aquel hombre que en su momento patentó su postura de “Hombre Araña” para leer al ras del piso las caídas de los greens –movimiento incluso utilizado como un elemento de marketing - hoy es un jugador maduro al que se le abrirán inmensas oportunidades en el calendario 2024 del PGA Tour.

Mía es, lamentablemente, el nombre que se asocia con su tragedia personal, pero al mismo tiempo es su “ángel” que lo acompaña desde el cielo, como él relata. A la niña le realizaron múltiples operaciones e, incluso, tuvieron que practicarle quimioterapia. Tras varias sesiones, Mía no pudo recuperarse y falleció el 26 de julio del 2020, a sus 22 meses de vida. Tres semanas después del fatal desenlace, e inspirados por la ayuda recibida de la leyenda Jack Nicklaus y su esposa Barbara, se creó la fundación Mia’s Miracle, en la que María Ochoa, esposa de Camilo, es la presidenta. Desde su rol de vicepresidente, Camilo confiesa que la vida le dio un segundo propósito, que es ayudar a aquellos que lo necesitan. “Después de cinco meses en el hospital, ver a los niños, los papás, los médicos, las enfermeras, lo que pasa alrededor de esos sitios y los momentos difíciles que pasan ciertas familias, uno piensa: ¿por qué no ayudar?”, argumenta el flamante campeón, también papá de Mateo, quien cumplirá dos años en diciembre.

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Villegas tuvo el mérito de haber asimilado esta coyuntura personal tan compleja y, al mismo tiempo, ir reconstruyéndose como jugador, un camino en el que también superó una lesión en un hombro que lo tuvo inactivo durante 21 meses.  En este sentido, la aparición de Campra desde febrero de 2023 resultó clave, tal como él mencionó, tanto para mejorar una técnica que estaba oxidada y ya no era rendidora, como para soportar mejor la presión a través de sus aciertos en el campo. El coach cordobés y caddie de Sebastián Muñoz le contó a LA NACION: “A Camilo lo conozco desde chico y sabía lo que estaba haciendo en los últimos diez años. Entonces le presenté un proyecto con lo que teníamos que lograr y cuánto tiempo nos podía demandar. Le anticipé lo que iba a conllevar para poder sentirse competitivo otra vez. Él es como un Fórmula 1: por ahí ‘el auto’ estaba en peores condiciones y había que mejorarlo. Ahora es capaz de disfrutar en una cancha de golf y de competir; no sé si al más alto nivel, pero excedió las expectativas que teníamos”.

Nunca pensé que un día iba tener la oportunidad de ayudar a una persona que admiro tanto!!!! Gracias por ser un ejemplo para la región 😍
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Never thought one day I’ll have the opportunity to help a person I admire so much!!!! Thanks for being a role model for our region 😍 pic.twitter.com/2liQcSX0q7

— jose luis campra (@pepacampra) November 13, 2023

El Bermuda Championship es el nombre propio de un triunfo que, además de otorgarle un premio de 1,17 millones de dólares, le garantiza la tarjeta por dos temporadas, 2024 y 2025. El jugador de la cara huesuda había festejado hasta aquí cuatro veces en el PGA Tour (The Tour Championship y BMW Championship en 2008, Honda Classic en 2010 y Wyndham Classic en 2014) y se crió bajo la guía de papá Fernando y mamá Luz Marina, ambos arquitectos y detallistas, en una casa ordenada, donde siempre había un plan. “Creo que aquello de planificar fue una de las virtudes más grandes que recibí de ellos”, asegura. Becado por sus brillantes actuaciones en el golf amateur de su país, llegó a la Universidad de Florida (FIU), División 1 de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), donde estudió Administración de Negocios y se graduó en 2004. De allí su lanzamiento al PGA Tour para brillar, caer y volver a sentirse hoy un jugador completo.