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Boca tuvo una serie de tropiezos en la defensa que son todo un mensaje: Belgrano le marcó cuatro goles en un tiempo

El sueño de Boca es la Copa Libertadores. ¿Qué duda cabe? Vive, sufre, late por ello. En el mientras tanto de la finalísima, la pasa mal en la Copa de la Liga Profesional. Perdió por 4-3 contr...

El sueño de Boca es la Copa Libertadores. ¿Qué duda cabe? Vive, sufre, late por ello. En el mientras tanto de la finalísima, la pasa mal en la Copa de la Liga Profesional. Perdió por 4-3 contra Belgrano en Córdoba, con una serie de desaciertos en su última línea que invitan a una rápida revisión de cuentas. Sin Chiquito Romero, es un peligro.

El partido que cerró la octava fecha empezó con el primer despropósito xeneize. Jorman Campuzano quedó expuesto, un remate de Ulises Sánchez no fue controlado con éxito por Javier García y al rebote lo capturó Lucas Passerini, que abrió el marcador a los 3 minutos. Después, de a poco, Boca salió del encierro. Y se creó una obra sensacional. Pasó de todo… hasta cuatro goles sufrió el finalista copero en 45 minutos.

Más allá de los repetidos cambios de nombres y de sistema, el entrenador Jorge Almirón dispuso en los metros finales de valores de jerarquía. De Equi Fernández a Valentín Barco y de Miguel Merentiel a Darío Benedetto cerca del área ajena. Sin embargo, el cuadro cordobés impuso fuego, energía renovable a los pases, a los avances, mientras el gigante jugaba con cierto desdén. En ese contexto, Barco como respuesta a todo. El pichón de crack intenta jugar igual en la Bombonera, en San Pablo, en Córdoba. Tanto desparpajo tiene que es el mismo de siempre. Aun con errores de principiante.

Hasta que Merentiel avanzó con decisión por el sector derecho, caracterizado de wing; levantó la cabeza, ejecutó el centro y encontró una sutileza de Benedetto, que selló el 1-1 cuando Belgrano bajó la carga emotiva de sus asociaciones. Es más: Pipa se disfrazó de Riquelme e hizo un pase sensacional a Marcelo Saracchi, que cambió de frente con astucia para un ingreso de Merentiel. Boca se lavó la cara rápidamente, con consistencia y, sobre todo, fútbol. Más aún: Benedetto creó una obra personal que chocó con el travesaño.

Es hermoso el fútbol: del hipotético 3-1 xeneize, al confirmado 2-2, con un cabezazo de Juan Barinaga (rozó en Benedetto, presente en todo), un número 4 confiable de 23 años. Y no paró en eso la efervescencia de un primer tiempo extraordinario. Passerini, un número 9 implacable, inclinó la balanza al aprovechar una serie de desaciertos de la última línea azul y oro, empezando por Nicolás Valentini.

Boca pudo golear y perdía, al término de la mitad inicial. La victoria parcial fue certificada con una joya del ex boquense Esteban Rolón (bajó el balón con la zurda y le pegó con la otra pierna) en el cierre de ese período. Un jugador que pasó como sin darse cuenta por la Ribera; un festejo demorado por una revisión del VAR.

El ingreso de Exequiel Zeballos resultó combustible para Boca, que en un rato provocó varios contratiempos en Belgrano, hasta que Changuito le cedió el descuento a Merentiel. El partido estaba roto. Cualquier cosa podía ocurrir.

El santiagueño duró un suspiro. Se lesionó feamente, otra vez: salió entre lágrimas, por una molestia seria en la rodilla derecha. El joven delantero ya estuvo fuera mucho tiempo por dos bravas lesiones.

Compacto de Belgrano 4 vs. Boca 3

Boca insistió hasta el final, pero chocó con el líder de la zona B de la Copa de la Liga. No pudo, no supo, en una noche desconcertante por parte de su defensa.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-tuvo-una-serie-de-tropiezos-en-la-defensa-que-son-todo-un-mensaje-belgrano-le-marco-cuatro-nid10102023/

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