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Boca: el juego de Jorge Almirón, con la escala de Lanús antes del primer cruce con Palmeiras

Probablemente, si a Jorge Almirón le trasladan la consulta sobre cómo está parado su Boca de cara al enfrentamiento con Palmeiras en la Bombonera, por la ida de la semifinal de la Copa Libertado...

Probablemente, si a Jorge Almirón le trasladan la consulta sobre cómo está parado su Boca de cara al enfrentamiento con Palmeiras en la Bombonera, por la ida de la semifinal de la Copa Libertadores, se colocaría el casete y respondería tal como lo hizo cuando cayó ante Defensa y Justicia (0-1): “Va a llegar muy bien, no tengo dudas”. Quedan cinco días para el primer desquite con los brasileños y la lógica podría ubicar al encuentro con Lanús de este sábado (desde las 18.30) como apenas una fiesta previa a la noche copera. No obstante, el entrenador parece necesitar ver una última función de los que, hasta acá, fueron más titulares que el resto. Que sea positiva y, así, sentir mayor seguridad. De eso se trata.

El resultado (bueno o malo) puede ser anecdótico, al menos mientras perdure el estado de ansiedad. Lo marcan protagonistas como Valentín Barco: “Hay que pensar día a día y se viene Lanús, pero pienso en la Libertadores, ser campeón. Sería hermoso, quedan tres partidos. La ilusión de la gente es la nuestra”, se sinceró ante El Canal de Boca este viernes. La lupa estará en las respuestas colectivas e individuales.

Las mejores conclusiones, encima muy recientes, la dieron los relevos. Desde el pasaje por penales ante Racing, un escenario que hacía imaginar la descompresión de la enorme obligación, el elenco xeneize tomó el carril a contramano. Se chocó algunas veces (con algún susto incluido) y llegó, contrario a lo que se pensaba, a la desconfianza. Fue recién el último martes cuando pudo encontrar la salida del desesperante laberinto. Eso sí: lo rescató un equipo mayoritariamente de emergencia. Nada de Edinson Cavani, Marcos Rojo, Frank Fabra o el propio Barco.

Goleó 3-0 a Central Córdoba con muy buen juego y una cantidad excesiva de oportunidades fallidas, pero en el que apenas estuvieron Sergio Romero en el arco y Cristian Medina en el medio campo. También estuvo Ezequiel Fernández, pero es un claro ejemplo de lo que trasladó Boca en veinte días: “Equi” jugó los últimos cinco compromisos completos y hasta sería titular esta tarde, pero al no existir once nombres asentados y apoyados por resultados -y sí dibujos tácticos que van variando según el día-, nada puede darse por hecho. Al menos hasta este nuevo examen frente al Granate.

Así como Almirón aseguró en Florencio Varela que el equipo iba a llegar óptimo al próximo jueves, también reconoció preocupaciones. Su conjunto, aquella tarde, tuvo muy buenos primeros 20 minutos, pero luego pasó a sufrir y no encontró claridad en la desventaja: “Entramos en un desorden que es normal, pero que a mí no me gusta. Hay futbolistas que son especialistas en algunas cosas y eso lleva a que empiecen a desordenar. Son cosas que tengo que ajustar. Es cuando más calma tenés que tener, lo tienen que entender”. Justamente, el elenco paulista es un rival que sabe administrar la ventaja o se mueve convencido de que romperá el cero en algún momento.

El técnico está con la cabeza en lo que suceda esta tarde en la Bombonera, pero –lógicamente- también pasa las horas planificando el choque con los brasileños. Otra vez empieza a tomar fuerza la línea de cinco defensores que ha utilizado en varias ocasiones, pero los rendimientos dirán cómo se conformaría, incluso, una hipotética línea de cuatro.

Rojo es número puesto, pero Nicolás Figal se la pasa mostrando una versión apática y le abre la chance a Bruno Valdez, que se mostró sólido en Santiago del Estero: el paraguayo también suele brindar desconfianza. Si son cinco, la lógica indica que Nicolás Valentini se meterá por ser zurdo y el que más méritos sumó en las oportunidades. ¿En los laterales? Más por analizar. Lucas Blondel fue la figura ante el “Ferroviario”, anotando su segundo gol con la camiseta azul y oro. Mete presión y gusta.

Los hombres titulares de Almirón pueden repetir lo que lograron los suplentes, pero no significa que el ruido de estas semanas se silencie por completo. Se tratará de un solo partido después de varias jornadas llenas de incógnita: a la primera semifinal llegará sin un plano ideal, no hay mayoría de nombres que, al menos hacia el afuera, contagien tranquilidad.

Cayó con Tigre en condición de local (0-1). Cuando pudo agarrar confianza con un débil Almagro, por la Copa Argentina, casi que se empató solo: se fue al descanso ganando por dos goles, pero en el complemento bajó el ritmo, el DT hizo modificaciones cuestionables que empeoraron el rendimiento y el club del ascenso encontró la igualdad. A Boca lo salvaron, una vez más, “Chiquito” Romero y los penales. Volvió a la Copa de la Liga y se dio el golpe en Varela, el tercero consecutivo (perdió con Sarmiento entre los cruces con Racing).

Por eso, sobran interrogantes. ¿A Cavani le hace bien la idea de los laterales/volantes como compañeros de ataque? ¿Necesita un compañero en el área? ¿Quién es el ideal si la proyección del doble ‘9′ no funcionó? ¿Quién es el ‘5′ ideal tras la ida de Alan Varela?

Incluso, eso último es un tema. Almirón volverá a insistir con “Pol” Fernández en ese lugar, aunque no conformó su prueba ante Defensa. Asimismo, Jorman Campuzano, el hombre que encegueció de confianza al técnico para pedir su retorno y pensarlo como su N°5, se destacó ante los santiagueños. De repente, puede ser una opción.

Lanús será motivo de fiesta, pero también un rival que pondrá a prueba cuánto convence la gran mayoría de titulares. Cuando todo debería estar cocinado, Almirón quiere un golpecito de horno más para que el plato tenga un mejor sabor.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-el-juego-de-jorge-almiron-con-la-escala-de-lanus-antes-del-primer-cruce-con-palmeiras-nid22092023/

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