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Bluesky, la principal víctima colateral de Threads

En medio del tsunami de la IA, que sacó del centro de la escena a Elon Musk, nuevo dueño y posible destructor de Twitter, apareció casi de la nada ...

En medio del tsunami de la IA, que sacó del centro de la escena a Elon Musk, nuevo dueño y posible destructor de Twitter, apareció casi de la nada Threads. Y su éxito fue tan sorpresivo (no tanto, como se verá enseguida) y arrollador que sacó del medio incluso a ChatGPT, que por primera vez vio reducirse el tráfico hacia su sitio.

Meta lo pensó bien (más allá del papelón de la supuesta pelea a trompadas entre Zuckerberg y Musk) y apalancó el lanzamiento de Threads en su plataforma más exitosa, Instagram. La más exitosa después de WhatsApp, claro. Pero son cosas muy diferentes, así que a Instagram puede decirse que le va muy bien, es el sitio donde estar para los influencers (aparte de TikTok), y con sus más de mil millones de usuarios empujó rápidamente a Threads hacia un récord histórico. En cinco días alcanzó los 100 millones de usuarios. Le aganó a ChatGPT, que había tardado dos meses en llegar a ese número (y dos meses es rapidísimo).

Pero es lógico. Si usás Instagram te aparecía la opción de sumarte a Threads, seguir a todos los que seguís en esa red, y gracias a esta sinergia la nueva Twitter la descosió. Es decir, hubo mucho viento a favor de Threads, así que a mi juicio hay que tomarse el número con pinzas. Sobre todo cuando las redes sociales están habituadas a cifras con nueve ceros. Lo otro que le jugó a favor, por supuesto, fue que ahora sabemos qué es eso de tuitear. Cuando Twitter salió a la cancha, nadie lo entendía. Tardo años (no menos de tres) en empezar a latir.

Ya veremos. El punto es que en medio de esta tormenta perfecta hubo un actor que quedó casi enteramente cancelado, y para peor nadie se enteró. Ese actor fue Bluesky.

Tarde, pero tarde

Bluesky es la red social tipo Twitter (nació de las entrañas de Twitter, de hecho) que estaba lanzando por invitación Jack Dorsey, uno de los fundadores de la empresa que ahora está en manos de Elon, y uno de los que más hizo para que Elon se quedara con la red del pajarito azul. Y el mismo que después dijo que eso había sido un error. Un error de 44.000 millones de dólares, pero bueno, detalles.

Al revés que Threads, Bluesky trató de apalancarse en el mismo mecanismo que usó alguna vez Gmail, y que ya le había fallado a Google con sus intentos sociales. Es decir: entrar por invitación. Dejabas tu mail y te iban a avisar. Me gustaba la idea de Bluesky. Un Twitter mejor que Twitter creado por el fundador de Twitter. Ahora que el original se volvía cada vez más tóxico, podría llegar a funcionar. Me anoté hace dos o tres meses. Nunca llegó la invitación.

Hace poco, justo cinco días antes de que lanzaran Threads, Bluesky suspendió las suscripciones. Supuestamente, porque no estaban dando abasto con tanta gente que se estaba yendo de Twitter a Bluesky. Raro. Se suponía que era lo que querías que ocurriera, Jack. ¿O alguien en Meta le mandó un WhatsApp y le dijo que salían con Threads?

Con un coloso atrás y apalancado por los nueve ceros de Instagram, Dorsey no tuvo más que sumar dos más dos y le dio cero. Ahora que Twitter es un zombie escupiendo veneno y gacetillas de políticos a diestra y siniestra (en realidad, y pese a todo, aun hay mucha gente muy valiosa en Twitter) y con todo el mundo probando Threads, el margen que queda para que el gran público tenga ganas de otro Twitter es prácticamente nulo. Con o sin invitación, acabamos de descubrir varias cosas. Primero, que un nuevo Twitter es, bueno, solo un nuevo Twitter. Dos, que estamos todos un poco más viejos y más cansados de socializar a escala industrial. Y que el factor sorpresa se ha perdido, al menos en este rubro.

En total, cuando la polvareda se asiente, habrá una víctima colateral más que casi nadie advirtió. Cuando pase el Juggernaut Zuckerberg veremos a Bluesky knock out. ¿Podrá levantarse? No lo creo.

Bluesky tenía una sola carta en la manga: ser el nuevo Twitter. Es carta la jugó Meta con Threads y, hasta ahora, ganó la primera mano. Si pasa de los 100 millones hasta un número que supere la población de Twitter, habrá ganado la partida. No podemos saberlo ahora. Pero tampoco es tan difícil alcanzar esa meta. Twitter está estancado en 535 millones de usuarios activos diarios. Pase lo que pase, además, no necesariamente serán los mismos usuarios, así que aquí habría que empezar a hilar fino. Lo que parece cierto es que si hizo falta tanto anabólico para dar a luz un nuevo Twitter, las chances de que Bluesky se convierta en algo más que una (otra) plataforma marginal son casi inexistentes.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/bluesky-la-principal-victima-colateral-de-threads-nid14072023/

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