JERUSALÉN.- Hacía años que Israel no vivía un episodio de violencia como el ataque múltiple de Hamas de este sábado. Pero las tensiones entre israelíes y palestinos han ido en aumento durante meses, al igual que las advertencias sobre el riesgo de una guerra total.

La mayor parte de la atención se ha centrado recientemente en Cisjordania ocupada, donde las recurrentes operaciones militares israelíes han desencadenado frecuentes tiroteos con militantes palestinos. Israel y los militantes palestinos de la Franja de Gaza también libraron enfrentamientos menores en los últimos meses.

En abril, una redada de la policía israelí en el complejo de la mezquita de Aqsa, en Jerusalén, provocó el lanzamiento de cohetes palestinos desde Gaza. Inusualmente, los militantes también dispararon cohetes desde el Líbano, al otro lado de la inestable frontera norte de Israel, lo que hizo temer una guerra más amplia.

El Ejército israelí respondió con ataques aéreos en el sur del Líbano y contra objetivos de Gaza pertenecientes a Hamas, el grupo militante palestino que controla el enclave costero. Pero ninguna de las partes intensificó la violencia y la situación en ese momento, que se fue calmando poco a poco.

Al mes siguiente, en mayo, Israel y el grupo militante Yihad Islámica, respaldado por Irán, libraron una breve batalla, la segunda en menos de un año. Tras la muerte en una prisión israelí de Khader Adnan, militante palestino en huelga de hambre, la Yihad Islámica lanzó una andanada de cohetes.

Una semana después, los ataques aéreos israelíes mataron a tres altos dirigentes de la Yihad Islámica, desencadenando otra ronda de enfrentamientos. La violencia duró sólo unos días: Israel mató a comandantes de la Yihad Islámica en ataques aéreos selectivos y los militantes palestinos lanzaron andanadas de cohetes contra ciudades israelíes. Pero Hamas, cuyas capacidades y armamento superan a los de la Yihad Islámica, se mantuvo al margen de los combates.

La violencia remitió tras un alto el fuego mediado por Egipto y las Naciones Unidas.

Más tarde, en julio, el ejército israelí llevó a cabo una incursión a gran escala en Jenín, ciudad del norte de Cisjordania, en lo que dijo ser un esfuerzo por erradicar a los militantes palestinos. La operación -que incluyó los ataques aéreos más intensos en Cisjordania ocupada en casi dos décadas y el envío de cientos de tropas terrestres a Jenín- causó la muerte de al menos 12 palestinos y un soldado israelí, y provocó la huida de miles de personas de sus hogares.

Ya el mes pasado, una inusual serie de enfrentamientos, en ocasiones violentos, tuvo lugar cerca de la valla que divide Gaza del territorio israelí. Según el ejército israelí, los palestinos lanzaron artefactos explosivos y abrieron fuego contra soldados israelíes. Al menos un palestino murió en los enfrentamientos y decenas resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.

Aaron Boxerman

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