La jueza correntina Carolina Macarrein se vio ante el gran desafío de encontrar un hogar para seis hermanitos de entre 2 y 10 años que vivían en el barrio Río Paraná. Los menores estaban en estado de abandono, con padres incapacitados para contenerlos. Luego de varias gestiones, la jueza los declaró en estado de adoptabilidad. Aunque fueron alojados en hogares diferentes, los hermanos expresaron que no querían ser separados.

Agotadas las instancias oficiales, la jueza dispuso una convocatoria abierta de carácter nacional. Encontró una maravillosa respuesta pública con 35 familias de varias provincias que están siendo evaluadas a la espera de la elección final.

El caso recuerda el de una pareja de Caleta Olivia, Santa Cruz, que, con 25 años de casada y 4 hijos, adoptó 5 hermanos. Lamentablemente, los niños de más de 6 años, así como los grupos de hermanos son los más postergados a la hora de ser elegidos para adopción.

El caso correntino demuestra que, cuando un pedido de esta importancia se canaliza correctamente, los resultados pueden sorprender.

Contamos con una sociedad de enorme capacidad solidaria. Se necesita un permanente trabajo de concientización para que cada vez más personas estén dispuestas a adoptar chicos más grandes y a grupos de hermanos, respetando su derecho a vivir juntos.

Felicitaciones a la magistrada por su sensible e inteligente decisión y ojalá que los hermanitos encuentren el amor de un hogar en el que crecer unidos.