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“Te secuestran la fábrica”: contundente apoyo en un acto a una pyme láctea a casi un año de un bloqueo sindical

MOCTEZUMA, Buenos Aires.- Apretones de mano, besos y abrazos. Conocidos y desconocidos dejan escapar una mano debajo del abrigo, que sirve para mitigar el crudo frío, para dar las muestras de cari...

MOCTEZUMA, Buenos Aires.- Apretones de mano, besos y abrazos. Conocidos y desconocidos dejan escapar una mano debajo del abrigo, que sirve para mitigar el crudo frío, para dar las muestras de cariño en un acto que lleva como bandera la unidad. El viento que golpea en esta localidad de 470 habitantes del partido bonaerense de Carlos Casares fue testigo del encuentro de más de 300 personas que se acercaron a la planta de Lácteos Vidal, la fábrica que el año pasado sufrió un bloqueo por un conflicto por recategorizaciones con empleados afiliados al gremio lechero Atilra, para hacer un abrazo simbólico. Las palabras de Alejandra Bada Vázquez, la dueña de la pyme, se mezclaban con el ruido de las calderas que funcionan las 24 horas, el ingreso y egreso de camiones, y los aplausos que asentaban sus declaraciones. Durante la prolongación de la disputa, que va a cumplir un año, Bada Vázquez se enfrentó al sindicato y su postura de no ceder fue recibiendo adhesiones del sector productivo y se metió en la agenda pública general.

La cita era para las 15, pero desde muy temprano se fueron aglutinando productores agropecuarios, empresarios del rubro, comerciantes y hasta los mismos vecinos del pueblo para participar del acto. El encuentro, que organizó la Cámara de Productores de Leche Cuenca Oeste (Caprolecoba) y acompañaron la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), la Unión de Productores de Leche Cuenca Mar y Sierras, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y el Movimiento Campo + Ciudad, entre una treintena de entidades más, se tornaba emotivo con la llegada de cada asistente.

“Que cada uno pueda seguir con su vida”: la dueña de una pyme bloqueada sorprendió con una propuesta a quienes despidió

“Gracias por venir. Gracias por acompañar”, agradecía Bada Vázquez a cada familia que se apostaba frente al escenario improvisado. En algunos grupos recordaban que entre el 18, 19 y 20 de julio del año pasado el gremio lácteo decidió de manera intempestiva realizar un bloqueo “con la excusa de una nueva enmarcación de las categorías por antigüedad de los trabajadores”.

Tras ese primer conflicto, el 20 de julio de 2022 el Ministerio de Trabajo dictó una conciliación obligatoria que venció días después y el sindicato volvió a proceder con la medida de fuerza en agosto. El caso escaló y afectó también a la fábrica de la empresa en el barrio porteño de Villa Devoto.

Causas

Hoy hay dos causas, una laboral y una penal en curso. La primera está en manos del Juzgado de Trabajo N°69, del juez José Ignacio Ramonet, quien la semana pasada dio lugar a un pedido de la dueña de la pyme de apelar la sustitución del embargo por más de $5 millones de la cuenta bancaria de la firma por no reincorporar a los empleados despedidos tras el bloqueo realizado en la planta. La penal también está en curso, por lo que sus abogados consideran que va a haber imputaciones por compulsión a la huelga.

“Necesitamos hacer las cosas bien. Nosotros solos no podemos hacer nada. Con respecto a lo que nos está pasando a los empresarios y emprendedores estamos en una situación muy difícil: nuestros derechos están siendo vulnerados. En el caso de la mafia sindical de Atilra, desde hace muchos años estamos sufriendo cachetazos y puñetazos. No es la primera, pero espero que sí sea la última y que no quede ninguna pyme en el camino. No por la pyme, sino por las fuentes de trabajo”, dijo Bada Vázquez al comienzo del discurso en el que aclaró que, si bien es la cara visible de la firma, no es la única responsable.

Entre los asistentes estaban sus proveedores, clientes y un grupo de empleados que vestían un pulcro uniforme blanco. Son todos muy jóvenes y desde un costado observaban a la empresaria. Al final de la calle y justo frente al escenario estaba la otra cara: un grupo de delegados de Atilra y tres exempleados, según constató LA NACION, quienes siguieron parte de lo que en el escenario se dijo.

“Cuando a la mañana, recibís un mensaje y te dicen los colegas que están bloqueados, lo primero que te pasa es que comienza a correrte un sudor frío por la espalda, porque sabemos que la leche se pudre. Sabemos que un bloqueo es un secuestro, una extorsión. Te secuestran la fábrica, literal, y desde ese momento sabés que te comenzás a fundir. Te usurpan la propiedad, no te dejan sacar ni entrar la leche. La gente no la dejan entrar a trabajar. Cuando comienzan a extorsionarte estos señores se ponen a ver el reloj y te dicen: son las 6 de la tarde, se te va a pudrir la leche, qué vas a hacer, me vas a dar lo que te pido. Es una extorsión y no encontramos ayuda; si no nos ayudan, los colegas que también están amenazados entramos en una situación muy difícil y es lo que no podemos permitir”, relató.

La empresaria explicó que “usando esa extorsión y ese secuestro de empresa piden el rescate que es lo que se les ocurre”. En su caso, comentó, categorías que no corresponden. “Muchas veces uno cede porque no encuentra la salida. No solo decidimos que no íbamos a ceder, sino que se tiene que respetar el derecho de trabajar en libertad y hacer las cosas bien, sobre todo porque acá se cometieron delitos, porque un bloqueo es una turbación a la propiedad. Usurpan y ponen una carpa y ellos para ir a trabajar lo tienen que hacer con patrulleros. Hay gente que quiere vivir de la dignidad que le da su trabajo”, explicó. Recordó que dentro de la empresa hubo empleados que decidieron “jugársela” e ir a trabajar pese a la huelga. Tal y como constató LA NACION en su momento, un patrullero se apostaba frente a la planta en el horario de ingreso y salida del personal.

“Es momento de que también sepan que nosotros los empresarios necesitamos trabajar en libertad, a veces no nos dejan por intereses de algunos gerontes sindicales, sinvergüenzas mafiosos, que priorizan sus luchas internas y mandan la gente a cometer delitos. Les lavan la cabeza de tal forma que su empleador y compañeros perdieron la confianza en él y tristemente esa confianza se perdió”, dijo y pidió por el derecho a la propiedad privada, a dirigir una empresa.

“El abrazo solidario tiene que ver con la defensa de la producción de leche, la cadena láctea en términos generales, defender los pueblos del interior, las comunidades de la cuenca oeste y defender el derecho de los empresarios, productores, a trabajar y producir en el marco del respeto y el diálogo. Estamos en contra de las prácticas abusivas que ha sufrido Lácteos Vidal desde el año pasado”, dijo Guillermina Mas, presidenta de Caprolecoba.

“Las pymes somos generadoras de trabajo indirecto, si nosotros desaparecemos, desaparecen nuestros pueblos. Nosotros vamos a seguir luchando. Vamos a tener un capítulo por ley, porque representamos a todas las pymes. Alejandra enfrentó esta patota con una gran entereza”, dijo Pablo Villano, presidente de Apymel.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/te-secuestran-la-fabrica-contundente-apoyo-en-un-acto-a-una-pyme-lactea-a-casi-un-ano-de-un-bloqueo-nid08072023/

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